Cada trabajo ha sido, es, un proceso de comunicación abierto de ideas, dudas, descubrimientos y datos, a veces consolidados como arquitecturas, a veces como otros objetos.
Es el arte el que nos recuerda que detrás de ese entramado complejo de ideas y técnicas al que llamamos cultura, hay siempre un cuerpo cuyos registros y pulsiones apenas si han variado con el tiempo.
El texto hecho cuerpo, memoria y comunicación, en los hombres-libros de Truffaut de Fahrenheit 451, habla de eso. Y habla además de la historia que cada uno de nosotros construye con los fragmentos de la historia del otro.
A esa historia encadenada, mía y de los otros, va a referirse este diario como un registro abierto de lo que sucede entre nosotros.
José Mª Torres Nadal