De repente tres textos aparecidos casi simultáneamente activan una discusión extraordinariamente intensa acerca del lenguaje.
1
El texto (aunque tiene la forma de articulo, es todo un texto) de Salvador Pérez Arroyo “Vivienda y tecnología” en la Revista del Consejo Superior de Arquitectos n. 176. Tras la aparente inocencia repetitiva del titulo se esconde todo un tratado acerca de la utopía. Pero el tono del texto, el leguaje, es decir palabras y conceptos solapados, hablan de un modo único, nuevo, inédito en nuestro panorama, de la disponibilidad inmediata de esa utopía, de su disponibilidad de uso para pasado mañana. Es un texto seminal, básico: nos tendremos que referir a él continuamente porque si sabíamos con Prince que el futuro funcionaba, con Salvador sabemos exhaustivamente cómo. El proyecto de la vivienda empieza a ser apasionante, o mejor dicho ha vuelto a ser apasionante porque es el lugar en el que el correlato entre sujetos, objetos y comportamientos acaba elaborándose del modo más complejo que uno pueda llegar a imaginar. Y el texto de Salvador no ha hecho sino dar forma a una parte esencial de ese lenguaje y de esa complejidad.
2
La publicación de “La arquitectura a través del Lenguaje” de Maurici Pla en Gustavo Gili. Para quien no lo conozca Maurici es un arquitecto formado en los mejores momentos de la Cátedra de Albert Viaplana en la que un montón de buenos profesionales intentaron, intentamos, anticipar relaciones docentes nuevas en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. Más de una vez he dicho que Alicante es directamente deudor de aquella experiencia.
Maurici es un escritor extraordinario. Y aunque creo que no ejerce, un arquitecto maravilloso.
De pronto, al leerlo he imaginado que eso textos actuaban como un revulsivo explicito contra la docilidad con la que suceden las cosas en Barcelona, al menos en la Escuela de Arquitectura. De pronto he imaginado, que si Maurici pierde el miedo y los escrúpulos a pensar la libertad y la dificultad del presente (algo de eso hay en su prólogo) se puede convertir, además del narrador excepcional que es, en un gran teórico de la arquitectura, una figura de la que estamos extraordinariamente necesitados. Y bastan estas dos razones, aunque hay muchas mas, para celebrarlo a él y a su libro. Léase sino el articulo sobre B. Fuller.
Hay personajes que generan pensamiento. Y no porque lo practiquen explícitamente, sino por la capacidad de mantener la lucidez en su audacia y en su disponibilidad para aceptar riesgos.
No sé si se conocen Pérez Arroyo y Maurici, pero ¿hay otra cosa, culturalmente más valiosa que desarrollar todo el potencial del intercambio innovador de la red? …Lo pensaba esta mañana de domingo.
3
Dar noticia de la publicación de un libro: El Manantial de Ayn Rand en la editorial Grito Sagrado Editorial. Esta es la novela que dio pie a la película con el mismo titulo e interpretado por Gary Cooper. El atractivo y la novedad de la edición es que es la primera vez que en España la novela se publica completa. Había sido censurada por el franquismo porque no soportaba ni aceptaba la autodefensa, “”el derecho del arquitecto a disponer de su propia obra, incluso a destruirla” que el protagonista hace de si mismo en el juicio en el que se ve envuelto. La legalidad española no contemplaba esa posibilidad, esa libertad de acción individual y no administrativa de sus alegatos, y el libro fue censurado y excluido. Ahora esa historia maravillosa de sueños, fracasos y desengaños, la nuestra por cierto, claro está, aparece completa.