Echaré de menos la pequeña sala de cine VOV VOV de 56 butacas, más vívida que un home cinema, cerveza o whisky incluidos; echaré de menos las estructuras del Tivoli, cerrado, entrevistas desde fuera de la valla a la espera de la primavera; echaré de menos el maravilloso olor agrio de las 35 clases de cerveza de Mikellele servidas copita a copita; echaré de menos el colocón de calor con el que me recibía la habitación n. 3 del Guestapartment cuando llegaba del frío; echare de menos el viaje en bus a la Academy con las cosas en la cabeza lanzadas lejos e imparables; echaré de menos los bocadillos de Meyers Deli sobretodo el de chuleta de cerdo con col lombarda; echaré de menos la música del coche de Maria y todos los interrogantes que hemos abierto juntos …. Pero sobretodo echaré de menos la música del saxo de Buka, sentado enfrente de Central Station y que hacía que durante unos minutos el tiempo fuera infinitamente fraterno.
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