DESPUES DE….
La discusión del jueves pasado nos sumergió de golpe, en toda la complejidad del proyecto para montar un departamento de proyectos de arquitectura. Toda la intensidad discursiva, las dificultades para encontrar las palabras que explicaban y nombraban los conceptos, la violencia de los momentos en que lo personal determinaba lo publico, las conjeturas y los recorridos intelectuales que de mil maneras y de mil maneras distintas alimentaron la conversación, demostraban toda la perplejidad por la dificultad para encontrar las verdades (ahora ya sabemos que ésta, afortunadamente, es plural) con las que trabajar.
Era, es, la evidencia de haber entrado de lleno en una segunda etapa.
La gran fortuna es que después de esa conversación ya no podremos institucionalizar la inocencia, seguramente porque ese día quedó fijado que enseñar proyectos es, como las cosas importantes e interesantes del mundo, un lugar lleno de preguntas, esa “devoción y oración del pensamiento humano”, y que la inestabilidad de esa búsqueda es más rica, es realmente compleja, cuando se construye colectivamente una situación tan implicada con lo social y con lo civil y con la técnica como es enseñar arquitectura.
Lo más interesante y emocionante de enseñar en la universidad es que puede ser de las pocas tareas desinteresadas que nos queden.
Y seguramente la generosidad de actitudes y de planteamientos es el único correlato directo para que esa tarea realizada de forma desinteresada tenga futuro.
Gracias por estar ahí, buena suerte y feliz travesía.