Javier Limón escribe una carta a su perro Excálibur y le promete que se hará justicia.
Noticia extraída de “http://www.elmundo.es/salud/2014/10/16/543f0d4522601d896b8b456e.html
Al parecer, a día de hoy, la enferma española, Teresa Romero, ingresada por haberse contagiado del ébola, está prácticamente curada. La historia del triste final de su perro fue publicitada en su momento: una vez detectada la enfermedad de Teresa, las autoridades sanitarias secuestraron al animal que durante 15 años había vivido con Teresa Romero y Javier Limón, y, sin mediación ni prueba alguna, lo sacrificaron.
Imagino que para ellos, una familia sin hijos, Excalibur, era alguien realmente significativo. Eso, por no repetir la imagen de que era uno más de la familia. En una situación similar, en Estados Unidos, lo han puesto en cuarentena y lo están utilizando para poder estudiar nuevas derivaciones de la enfermedad.
No soy especialmente amante de los perros ni de las mascotas. No tengo, y no está en mis horizontes más inmediatos, tener animales en casa. No pertenezco a ninguna asociación o club en Defensa de los Animales y, hasta hace poco, veía con relativa indiferencia, la pasión que algunos sienten por esos seres vivos.
Pero no podía dejar de darle vueltas a la impunidad y a la celeridad con la que, sin mediar prueba alguna sobre la salud del perro, éste había sido exterminado. Pero, ¿por qué preocuparse? Al fin y al cabo era un simple perro, que, comparado con los miles de habitantes contaminados de Ebola en África, o la hambruna de ese continente, este es un dato menor. Un comentario que me hacían cuando yo comentaba algo de lo ocurrido con ese perrito.
Un comentario que hubiera aceptado y que me hubiera dejado tranquilo hasta hace poco. Pero no ahora. De repente establecí una secuencia por la que las razones en defensa de ese perrito, darle voz, poner en valor su silencio y su indefensión, apoyar, por ejemplo, su posible puesta en cuarentena, atenderlo como un bien vinculado a una persona, que además estaba herida y llena de dolor por errores institucionales, eran las mismas razones que estábamos obligados a poner en juego para defender la tierra, ya sean las acciones contra la tala de bosques en el Amazonas, o la defensa de nuestro litoral ante la codicia extrema con la que ha venido ocupándose. Y de repente, establecí lo falsa que era esa secuencia de argumentos, vividos hasta ahora como una sombra, como una consecuencia insoslayable, ese lugar de silencio, al que no llega el sol deslumbrante del progreso.
¿Tienen los arboles algo que decirnos? https://www.adbusters.org/magazine/105/philosophical-leap-oftheyear-spanish.html . “El impulso democrático clave de la filosofía orientada a los objeto consiste en extender el derecho a hablar de los objetos no respaldados por los patrocinadores empresariales: abrir la democracia de los objetos para incluir a los muy pobres. “
Hablaba de Excalibur, pero pensaba en la Arquitectura.
¿Podría ser que estuviéramos tratando a la arquitectura, sus historias, sus personajes, sus delirios incluso, sus momentos más sublimes o sus argumentos más débiles, como un ser inanimado al que se puede cortar, pegar, manipular y aniquilar en cualquier momento? ¿Podría ser que consideráramos fuera de cualquier forma de amor toda su hermosura, ese acto de levantar esperanza a esperanza nuevos lugares, y la viéramos como algo inocuo, algo fuera de la honra de la amistad hacia las cosas?
¿Qué perspectivas de vida se abren si se aborda la arquitectura en general, y la docencia en particular, como algo vivo, con una vida única, con ese encantamiento que reclama el nuevo materialismo que reconoce en cada objeto y átomo su voz, su poder, su embrujo? Y cuando hablamos de vida, a qué tipo de transformación material y mental nos referimos, a qué tipo de encuentro, intercambio, qué clase de trasiego de voces y sentimientos, e incluso a qué tipo de compra y venta se produce entre nosotros y los objetos, todos los objetos inanimados de la arquitectura?
Argumentar que la docencia es un ser vivo, y que nosotros, en la Escuela de Arquitectura de Alicante la hemos practicado, o al menos estamos en ello ahí, así , de esta manera, desde hace ahora ya más de dieciocho años, presupone demostrar que, a pesar de la lluvia, el viento y el fuego que ha caído, y del que sigue cayendo, hay una ética basada en entender ese trabajo docente como una forma de construcción del conocimiento como un bien común, algo no privativo, transferible en movilización continua; un bien que no pertenece ni a personas ni a instituciones, ni siquiera le pertenece a la arquitectura misma. Un conocimiento que como Excalibur es frágil y vulnerable, que debe ser cuidado, alimentado y querido, que debe ser oído, y que deja en herencia, como todo lo que es grande, dinero y anhelos.
¿Hablar y escribir otra vez de todo esto? No hemos querido una docencia de segunda mano. Y, desde siempre, y también pero aún más, desde ahora, no queremos una arquitectura de segunda mano.
RECONSTRUIR LA DOCENCIA DE PROYECTOS PARA CONSTRUIR LA ARQUITECTURA
RECONSTRUIR LA ARQUITECTURA PARA CONSTRUIR LAS CIUDADES, PARA RECONSTRUIR LA TIERRA.
(A I.C. por él, y porque fue el primer alumno de una nueva era)
Jose M. Torres Nadal
DR. Arquitecto. Catedrático proyectos de Arquitectura
Alicante Octubre 2014